12 DE
NOVIEMBRE
Capítulo 28
EL
DES-HACIMIENTO DEL MIEDO
I. El recuerdo
del presente
1. El milagro no hace
nada. 2Lo único que hace es deshacer. 3Y de
este modo, cancela la interferencia a lo que se ha hecho. 4No
añade nada, sino que simplemente elimina. 5Y lo que elimina
hace mucho que desapareció, pero puesto que se conserva en la memoria, sus
efectos parecen estar teniendo lugar ahora. 6Hace mucho que
este mundo desapareció. 7Los pensamientos que lo originaron ya
no se encuentran en la mente que los concibió y los amó por un breve lapso de
tiempo. 8El milagro no hace sino mostrar que el pasado ya pasó,
y que lo que realmente ya pasó no puede tener efectos. 9Recordar
la causa de algo tan sólo puede dar lugar a ilusiones de su presencia, pero no
puede producir efectos.
2. Todos los efectos de la
culpabilidad han desaparecido, 2pues ésta ya no existe. 3Con
su partida desaparecieron sus consecuencias, pues se quedaron sin causa. 4¿Por
qué querrías conservarla en tu memoria, a no ser que deseases sus
efectos? 5Recordar es un proceso tan selectivo como percibir,
al ser su tiempo pasado. 6Es percibir el pasado como si
estuviese ocurriendo ahora y aún se pudiese ver. 7La memoria,
al igual que la percepción, es una facultad que tú inventaste para que ocupase
el lugar de lo que Dios te dio en tu creación. 8Y al igual que
todas las cosas que inventaste, se puede emplear para otros fines y como un
medio para obtener algo distinto. 9Se puede utilizar para sanar
y no para herir, si ése es tu deseo.
3. Nada que se utilice con
el propósito de sanar conlleva esfuerzo alguno. 2Es el
reconocimiento de que no tienes necesidades que requieran que hagas algo al
respecto. 3No es una memoria selectiva ni se utiliza para
obstruir la verdad. 4Todas las cosas de las que el Espíritu
Santo puede valerse para sanar le han sido entregadas, sin el contenido ni los
propósitos para las que fueron concebidas. 5Son sencillamente
facultades que aún no tienen una aplicación concreta 6y que
sólo esperan a que se haga uso de ellas. 7No han sido
consagradas a nada en particular ni tienen ningún objetivo.
4. Él Espíritu Santo puede
ciertamente hacer uso de la memoria, pues Dios Mismo se encuentra en
ella. 2Mas no es ésta una memoria de sucesos pasados, sino
únicamente de un estado presente. 3Has estado acostumbrado por
tanto tiempo a creer que la memoria contiene sólo el pasado, que te resulta
difícil darte cuenta de que es una facultad que puede recordar el ahora. 4Las
limitaciones que el mundo le impone a ese recordar son tan vastas como las que
permites que el mundo te imponga a ti. 5No existe vínculo
alguno entre la memoria y el pasado. 6Si quieres que haya un
vínculo, lo habrá. 7Mas es sólo tu deseo lo que establece
dicho vínculo, y sólo tú quien lo limita a una parte del tiempo donde la
culpabilidad aún parece persistir.
5. El uso que el Espíritu
Santo hace de la memoria no tiene nada que ver con el tiempo. 2El
Espíritu Santo no la utiliza como un medio, para conservar el pasado, sino como
una manera de renunciar a él. 3La memoria retiene los mensajes
que recibe, y hace lo que se le encomienda hacer. 4No escribe el
mensaje ni establece su propósito. 5Al igual que el cuerpo, no
tiene un propósito intrínseco. 6Y si parece servir para
abrigar un viejo odio y presentarte escenas de injusticias y de resentimientos
que has estado guardando, ése es el mensaje que le pediste, y eso es lo que
es. 7La historia de todo el pasado del cuerpo se encuentra
oculta allí, confinada en sus bóvedas. 8Todas las extrañas
asociaciones que se han hecho para mantener vivo el pasado y el presente
muerto, están depositadas ahí, esperando tu orden de que se te traigan y
vuelvan a revivirse. 9Y de este modo, sus efectos parecen haber
aumentado con el tiempo, el cual se llevó consigo su causa.
6. El tiempo, no obstante,
no es más que otra fase de lo que no hace nada. 2Colabora
estrechamente con todos los demás atributos con los que intentas mantener
oculta la verdad acerca de ti mismo. 3El tiempo ni quita ni
restituye. 4Sin embargo, lo utilizas de una manera extraña,
como si el pasado hubiese causado el presente, y éste no fuese más que una consecuencia
en la que no se puede hacer cambio alguno, toda vez que su causa ha desaparecido. 5Un
cambio, no obstante, tiene que tener una causa duradera, pues, de otro modo,
no perduraría. 6Es imposible poder cambiar nada en el presente
si su causa se encuentra en el pasado. 7Tal como usas la
memoria, sólo el pasado está en ella, y así, no es más que un modo de hacer que
el pasado predomine sobre el ahora.
7. Olvídate de todo lo que
te has enseñado a ti mismo, pues no fuiste un buen maestro. 2¿Y
quién querría conservar en su mente una lección absurda, cuando puede aprender
y retener una mejor? 3Cuando memorias de viejos rencores vengan
a rondarte, recuerda que su causa ya desapareció. 4Por lo
tanto, no puedes entender cuál es su propósito. 5No permitas
que la causa que quieres atribuirles ahora sea la misma que hizo que fuesen lo
que fueron o parecieron ser. 6Alégrate de que su causa haya
desaparecido, pues de ello es de lo que se te perdona. 7Y
contempla, en cambio, los nuevos efectos de una causa que se acepta ahora
y cuyas consecuencias se encuentran aquí. 8Su
hermosura te sorprenderá. 9Las nuevas ideas de antaño que
traen consigo, serán las felices consecuencias de una Causa tan ancestral que
excede con mucho el lapso de memoria que tu percepción ve.
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