LECCIÓN 271 – 28 de Septiembre
Hoy sólo utilizaré la visión de Cristo.
1. Cada día, cada hora y cada instante elijo lo que quiero contemplar, los sonidos que quiero oír y los testigos de lo que quiero que sea verdad para mí. 2Hoy elijo contemplar lo que Cristo quiere que vea; hoy elijo escuchar la Voz de Dios, así como buscar los testigos de lo que es verdad en la creación de Dios. 3En la visión de Cristo, el mundo y la creación de Dios se encuentran, y según se unen, toda percepción desaparece. 4La dulce visión de Cristo redime al mundo de la muerte, pues todo aquello sobre lo que Su mirada se posa no puede sino vivir y recordar al Padre y al Hijo: la unión entre Creador y creación.
2. Padre, la visión de Cristo es el camino que me conduce a Ti. 2Lo que Él contempla restaura Tu recuerdo en mí. 3Y eso es lo que elijo contemplar hoy.
"COMENTARIOS A LAS LECCIONES" de Robert Perry y Ally Watson
Comentario
Comentario
Una vez
más el Libro de Ejercicios nos enfrenta al hecho de que nosotros elegimos lo que queremos ver, y lo
vemos. Nos dice que este proceso funciona continuamente: “Cada día, cada hora y
cada instante elijo lo que quiero contemplar, los sonidos que quiero oír y los
testigos de lo que quiero que sea verdad para mí” (1:1). La última parte de
esta frase es significativa porque nos dice el motivo de nuestra elección: elegimos ver lo que queremos que sea la
verdad para nosotros. Por ejemplo, si constantemente veo personas que son
víctimas, es porque hay una parte de mí que quiere ser una víctima. Puedo
pensar que no quiero ser una víctima, pero si la alternativa es ser responsable
de todo lo que me sucede, entonces ser víctima ¡suena estupendo! Cada vez que
veo una víctima, secretamente deseo poder culpar a otro por mis faltas.
Sin
embargo, lo importante de esta lección no son nuestras elecciones negativas. Lo
importante es que hay elección. Hay otra posibilidad. Si escucho al ego mi
elección será ver pecado, culpa, miedo y muerte. Pero si escucho al Espíritu
Santo querré que la verdad acerca de mí sea algo diferente, y por lo tanto
querré ver algo diferente en el mundo, y lo veré. Verlo en el mundo es el modo
por el que sabré que es la verdad acerca de mí. En vez de querer ver los
testigos del pecado, querré ver los testigos de la verdad, y lo que busco lo
encontraré.
A
medida que mi percepción se une cada vez más con la visión de Cristo, me acerco
al momento en que la percepción desaparece por completo (1:3). Mi cambiada
percepción me mostrará lo que el Curso llama el mundo real, la desaparición de
la percepción se refiere al final del mundo y nuestro despertar al Cielo.
¿Cómo
quiero verme a mí mismo? Si quiero verme como amor, que busque hoy amor en mis
hermanos. Si quiero verme inocente, que busque la inocencia en otros. Si quiero
verme sin culpa, que busque ver a los demás sin culpa. Que hoy recuerde:
Cuando te encuentras con alguien, recuerda que se trata de un
encuentro santo. Tal como lo consideres a él, así te considerarás a ti mismo.
Tal como lo trates, así te tratarás a ti mismo. Tal como pienses de él, así
pensarás de ti mismo. (T.8.III.4:1-4)
Cada hermano que contemples en la luz hará que seas más consciente de
tu propia luz. (T.13.VI.10:3)
No le enseñes a nadie que él es lo que tú no querrías ser.
(T.7.VII.3:8)
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