"COMENTARIOS A LAS LECCIONES" de Robert Perry y Ally Watson
Comentario
Comentario
Que mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios no es
algo en lo que tenga que trabajar para lograrlo. No es un pensamiento que haya
que repetir como un purgante, para expulsar los pensamientos contrarios, con el
trasfondo de “tengo que hacer que mi
mente albergue sólo los pensamientos de Dios”. Que mi mente alberga sólo lo que
pienso con Dios “es un hecho, y representa la verdad de lo que eres y de lo que
tu Padre es” (L.r.In.IV.2:3).
Como se nos dijo al principio del Libro de Ejercicios,
cuando creemos que estamos pensando sin Dios, no estamos pensando en absoluto,
nuestra mente está en blanco. “Mientras tu mente siga
absorbida con ideas sin contenido, la verdad permanecerá bloqueada. Reconocer
que tu mente ha estado simplemente en blanco, en vez de seguir creyendo que
está llena de ideas reales, es el primer paso en el proceso de allanar el
camino a la visión” (L.8.3:2-3). “En lo que ahora estamos haciendo hincapié es
en el hecho de que la presencia de esos "pensamientos" significa que
no estás pensando en absoluto” (L.10.3:2).
Los Pensamientos
de Dios que llenan mi mente son en realidad el regalo que mi Padre me hace. Hoy
abro mi mente a Sus Pensamientos. Lo que normalmente considero como
pensamientos que interfieren o se oponen a los Pensamientos de Dios son como
los ruidos de una radio que impiden oír la señal verdadera. No son
pensamientos, son interferencias, son ruido. La señal sigue ahí, pero la
interferencia debe quitarse para que la señal pueda llegar. La verdad acerca de
mí es que soy uno con Dios, Su Mente es mi mente, Sus pensamientos son mis
pensamientos. Yo no soy algo distinto a lo que Él es. Ésta es “la verdad de lo que eres y de lo
que tu Padre es”.
Decir que mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios es
una afirmación gozosa de la verdad. Puede recordarme Sus regalos para mí, y
recordarme que soy uno con Él. Eso en mí que parece opuesto a Dios, lejos de
Dios, separado de Dios, no es quien yo soy, no es mi realidad. No tiene
significado. No hay nada en mi mente que se oponga a Dios. Otra manera de decir esto es que lo que parece estar dentro de mí,
opuesto a Dios, no es nada, es una ilusión o una alucinación, sin poder ni
fuerza de por sí. Únicamente tiene poder cuando creo en ello. Hoy elijo negar
que algo que no es de Dios tenga poder sobre mí. Elijo recordar lo que es mi
realidad. Elijo recordar que soy uno con Dios.
Muchas gracias es esclarecedor tu comentario.
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