LECCIÓN 359
La respuesta de Dios es alguna forma de paz. Todo dolor sana; toda aflicción queda reemplazada por la dicha. Las puertas de la prisión se abren. Y se comprende que todo pecado no es más que un simple error.
1. Padre, hoy vamos a perdonar Tu mundo y a dejar que la creación sea Tuya. 2Hemos entendido todas las cosas erróneamente. 3Pero no hemos podido convertir a los santos Hijos de Dios en pecadores. 4Lo que Tú creaste libre de pecado ha de permanecer así por siempre jamás. 5Ésa es nuestra condición. 6Y nos regocijamos al darnos cuenta de que los errores que hemos cometido no tienen efectos reales sobre nosotros. 7El pecado es imposible, y en este hecho descansa el perdón sobre una base mucho más sólida que el mundo de sombras que vemos. 8Ayúdanos a perdonar, pues queremos ser redimidos. 9Ayúdanos a perdonar, pues queremos estar en paz.
Comentario
Hoy quiero compartir algunos
pensamientos sólo sobre la primera línea de esta lección. Ayer se nos recordaba
que “Ninguna invocación a Dios puede dejar de ser oída o no recibir respuesta”
y que “Su respuesta es la única que realmente deseo” (L.358). Hoy se nos dice
que cuando Dios responde, “la respuesta de Dios es alguna forma de paz”. Así que la respuesta que
quiero es la paz. Cada invocación a Dios es respondida con alguna forma de paz,
y eso es lo que realmente quiero, a pesar de que piense lo contrario.
Pienso que cuando empezamos a darnos cuenta de que
realmente queremos la paz en todas las situaciones, las cosas empiezan a tomar
el aspecto correcto. Supongamos que pienso que puedo perder mi trabajo, o una
relación que pienso que necesito. Supongamos que pienso que no tengo dinero
suficiente. Empiezo a rezar, más o menos, por ese trabajo, o por esa relación,
o por dinero. O tal vez no estoy como para rezar, sino que me obsesiono con la
situación. Pienso que eso es lo que quiero.
Cuando eso sucede, si puedo empezar a reconocer que
lo que realmente quiero es alguna forma de paz, he dado un paso gigantesco. No
es el trabajo lo que quiero, sino la paz que creo que me dará. No es la
relación lo que quiero, sino la paz que creo que hay en ella. No es dinero lo
que necesito, sino la paz mental que creo que me da.
La oración del
corazón no pide realmente cosas concretas. Lo que pide es siempre alguna clase
de experiencia, y las cosas que específicamente pide son las portadoras de la
experiencia deseada en opinión del peticionario. (M.21.2:4-5)
Cuando empiezo
a darme cuenta de que no son cosas lo
que estoy pidiendo, sino la sensación de paz que pienso que me dan, puedo
empezar a pedir paz directamente, evitando mi (quizá) equivocada opinión de que
determinada “cosa” me dará esa experiencia de paz. Puedo abrirme a la
posibilidad de que Dios me dará la paz mental de otro modo distinto al que yo
veo.
Cuando pueda
empezar a abandonar mi insistencia en que la respuesta tiene que venir de una
forma determinada, me daré cuenta más rápidamente de la respuesta de Dios.
Puedo descubrir que siento la paz sin que intervenga para nada la forma. Puedo
descubrir que la paz me llega de una forma que nunca podría haber imaginado.
Perderé mi ansiedad acerca de si me viene la paz o no en la forma que había
pensado que necesitaba. Si me llega la paz mental, me siento satisfecho porque
esto es todo lo que quiero.
Para relacionar
esto con el resto de la lección, brevemente, “Ayúdanos a perdonar, pues queremos
estar en paz” (1:9). La paz es imposible si mi mente está cegada por la falta
de perdón. La paz es imposible si hay ira. Una falta de paz es siempre una
falta de perdón, aunque a menudo es difícil verlo. Cuando pido paz, estoy
pidiendo que se me enseñe a perdonar, me dé cuenta de ello o no. Si la paz es
mi meta por encima de todas las cosas, aprenderé a perdonar.
Muy bueno! Gracias!
ResponderEliminarExcelente explicacion muchas gracias.
ResponderEliminarEstamos aprendiendo a perdonar, estemos conscientes o no...
ResponderEliminarE aquí el resultado todo el curso.
Grx 🙏
Gracias por compartir tu entendimiento.es de muchisimo valor
ResponderEliminarPor encima de todo deseo la paz, gracias
EliminarGracias infinitas
ResponderEliminarMuchas gracias. Comentario muy aclarador. Directo al grano. Buenísimo. Que la paz emerja en todos
ResponderEliminarGracias gracias gracias! Que reflexiones más claras e iluminadoras
ResponderEliminarYo quiero perdonarme y perdonar, quiero estar en paz. Gracias por tus aportaciones. Namasté
ResponderEliminarMuchas gracias!!!
ResponderEliminar