LECCIÓN 353
Mis ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un solo propósito: estar al servicio de Cristo a fin de que Él pueda utilizarlos para bendecir al mundo con milagros.
1. Padre, hoy le entrego a Cristo todo lo que es mío para que Él lo utilice de la manera que sea más beneficiosa para el propósito que comparto con Él. 2Nada es exclusivamente mío, pues Él y yo nos hemos unido en un propósito común. 3De este modo, el aprendizaje casi ha llegado a su señalado final. 4Por un tiempo colaboraré con Él en el logro de Su propósito. 5Luego me fundiré en mi Identidad y reconoceré que Cristo no es sino mi Ser.
Comentario
Estas últimas diez lecciones
(sin contar la última) representan el estado mental al que el Curso pretende
llevarnos. En esta lección vemos el trabajo final de los pensamientos del Curso
acerca del cuerpo. No es que el cuerpo se ignore, se desprecie o se descuide,
sino que cada parte sea usada para bendecir al mundo con milagros. No se ataca
ni se rebaja al cuerpo, en lugar de ello se le da un nuevo propósito que
comparte con Cristo.
Padre, hoy le
entrego a Cristo todo lo que es mío para que Él lo utilice de la manera que sea
más beneficiosa para el propósito que comparto con Él. Nada es exclusivamente
mío, pues Él y yo nos hemos unido en un propósito común. (1:1-2)
En el Cielo
nuestra función es la creación, algo que aparentemente no podemos entender
completamente hasta que nuestra mente despierte al Cielo, pero aquí nuestra
función es el puro reflejo de la creación: dar milagros, extender el perdón.
Podríamos decir que nuestra función aquí es reconocer a la creación, ya que
perdonar es reconocer a nuestro hermano tal como Dios lo creó, y no como lo
hemos hecho nosotros con la proyección de nuestra propia culpa.
Entonces, con
toda la determinación que pueda reunir, voy a unirme al propósito de Cristo.
Voy a darle mis manos, mis ojos, mi lengua, y mis pies. ¿Por qué no orar en
silencio y, muy concretamente hacerlo? “Padre, hoy Le doy mis manos a Cristo
para que las use para el propósito que comparto con Él: bendecir al mundo con
milagros”. Luego repite lo mismo pero con las otras partes del cuerpo. Recuerda
este pensamiento durante el día y renueva tu regalo a Cristo, llevando tu mente
a su verdadero propósito cada vez que te acuerdes.
De este modo,
el aprendizaje casi ha llegado a su señalado final. Por un tiempo colaboraré
con Él en el logro de Su propósito. Luego me fundiré en mi Identidad y
reconoceré que Cristo no es sino mi Ser. (1:3-5)
Cuando hayamos
llegado al punto en el que verdaderamente Le hayamos dado todo lo que tenemos a
Cristo para que lo use para Su propósito, habremos completado casi el programa
de estudios. Todo lo que queda es permanecer un poco más aquí, sirviendo a Su
propósito, compartiendo la luz con aquellas mentes que estén todavía nubladas.
Esto describe casi a un avatar, un maestro iluminado que está en la tierra
únicamente para servir a los que no han llegado tan lejos.
Cuando ese
tiempo de servicio se haya terminado, “me fundiré en mi Identidad y reconoceré
que Cristo no es sino mi Ser” (1:5). El ego se deshará y desaparecerá, la
voluntad individual dejará de existir como algo separado (que nunca existió en
realidad) y se extenderá en el Ser Uno de Cristo. No se perderá nada en este
proceso, excepto nuestra separación.
No desesperes,
corazón mío, si esto parece muy lejos de ti ahora. Está mucho más cerca de lo
que te atreves a creer. Eres mucho más de lo que crees que eres. Entrégate a
este propósito con alegría. El Espíritu Santo te proporcionará los medios.
Estate dispuesto a ir en esta dirección, y no juzgues lo cerca o lejos que
estás, lo fácil o difícil que piensas que es el camino. Estate dispuesto a que
se haga. No sientas ansiedad o inquietud si parece evitarte, la inquietud es
sólo una estrategia de retraso. Descansa, corazón mío. Confía. Los ángeles te
contemplan esperando el nacimiento de Cristo en ti. No tengas miedo. ¡Alégrate!
Maravilloso,Bendito día. ;) GLORIA IN EXCELSIS DEO.
ResponderEliminarGracias gracias gracias
ResponderEliminarQue bonito, gracias me encanta el curso de milagros. Soy Angel tengo 9 años
ResponderEliminarMuy bueno campeón..
Eliminar❣
ResponderEliminarGracias!
ResponderEliminarOhhh gracias! Precisamente el párrafo final fue la respuesta exacta que me acababa de hacer mientras leia el ejercicio. Alucinante
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