LECCIÓN 351
Mi hermano impecable es mi guía a la paz: Mi hermano pecador es mi guía al dolor. Y el que elija ver será el que contemplaré.
1. ¿Quién es mi hermano sino Tu santo Hijo? 2Mas si veo pecado en él proclamo que soy un pecador, en vez de un Hijo de Dios, y que me encuentro solo y sin amigos en un mundo aterrante. 3Mas percibirme de esa manera es una decisión que yo mismo he tomado y puedo, por consiguiente, volverme atrás. 4Puedo asimismo ver a mi hermano exento de pecado, y como Tu santo Hijo. 5Y si ésta es la alternativa por la que me decido, veo mi impecabilidad, a mi eterno Consolador y Amigo junto a mí, y el camino libre y despejado. 6Elige, pues, por mí, Padre mío, a través de Aquel que habla por Ti. 7Pues sólo Él juzga en Tu Nombre.
Comentario
Una vez leí un artículo de
Jon Mundy en la revista Sobre el Curso
acerca de Bill Thetford (el hombre que pasó a máquina el Curso de las notas de
Helen Schucman escritas en taquigrafía). En cierta ocasión Bill dijo que todo
el Curso podía resumirse en una sola frase tomada del Curso: ¿Estás dispuesto a
ver la inocencia de tu hermano? Jon relata la siguiente historia:
Judy Skutch
Whitson cuenta una interesante historia acerca de Bill. En cierta ocasión Judy
estaba sintiendo un ataque de ego monumental que estaba centrado en su amigo,
el doctor Jerry Jampolsky. En un esfuerzo por encontrar paz mental, llamó a Bill
Thetford y empezó a contarle todo lo que ella percibía como los errores de Jerry.
Bill escuchó hasta que Judy se quedó sin aliento y entonces serenamente le dijo:
“Ya sabes, Judy, que el Curso puede resumirse sólo en estas palabras: ¿Estás
dispuesto a ver la inocencia de tu hermano?”
Judy gritó:
“¡No!”. Él le contestó: “Vale, querida. Cuando lo estés, te sentirás mucho
mejor”. Y él colgó el teléfono.
La percepción de mi hermano
como pecador es una elección que yo estoy haciendo. No se basa en un hecho, no
está causado por algo que mi hermano haya hecho, es simplemente la percepción
que yo he elegido. Elegir ver a mi hermano como pecador me llevará siempre al
dolor interno. Y cuando estamos dispuestos a ver a nuestro hermano como inocente,
verdaderamente nos sentimos mucho mejor. El poder de la pregunta que hizo Bill (y
que el Curso nos hace a todos nosotros) está en que muestra el hecho a menudo
oculto de que estamos eligiendo esa percepción y que no queremos soltarla.
Hasta que lo estemos, no hay nada que el Espíritu Santo pueda hacer por
nosotros. Él no se opondrá a nuestra voluntad. El amor no se opone. Podemos
quedarnos en el dolor de la falta de perdón todo el tiempo que queramos.
Pero cuando estamos dispuestos
a soltarla, cuando reconocemos que estamos eligiendo cómo ver a nuestro
hermano, cuando nos damos cuenta de que no nos gusta cómo nos sentimos cuando
elegimos ver su pecado y cuando por fin estamos dispuestos a cambiar esa
percepción, entonces podemos decir de corazón:
Elige, pues,
por mí, Padre mío, a través de Aquel que habla por Ti. Pues sólo Él juzga en Tu
Nombre. (1:6-7)
Absolutamente genial. Muchas gracias por compartir esta sabiduría.
ResponderEliminarGracias!!
ResponderEliminarGracias.
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