LECCIÓN 325
Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.
1. Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. 2A partir de ahí, la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto, procura encontrarlo. 3Estas imágenes se proyectan luego al exterior, donde se contemplan, se consideran reales y se defienden como algo propio de uno. 4De deseos dementes nace un mundo demente, 5y de juicios, un mundo condenado. 6De pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible y misericordioso para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y donde él puede ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el camino que conduce al Cielo y a Dios.
2. Padre nuestro, Tus ideas reflejan la verdad, mientras que las mías separadas de las Tuyas, tan sólo dan lugar a sueños. 2Déjame contemplar lo que sólo las Tuyas reflejan, pues son ellas las únicas que establecen la verdad.
"COMENTARIOS A LAS LECCIONES" de Robert Perry y Ally Watson
Comentario
Esta
lección es probablemente el mejor resumen de la teoría de la percepción del
Curso:
Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un
proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. A partir de ahí, la
mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto,
procura encontrarlo. Estas imágenes se proyectan luego al exterior, donde se
contemplan, se consideran reales y se defienden como algo propio de uno.
(1:1-3)
Todo lo
que veo es una proyección. Según este análisis de la percepción, con nuestros
ojos físicos no vemos absolutamente nada que sea real. Todo ello “es el reflejo
de un proceso mental” y nada más que eso. Todo lo que vemos son imágenes
proyectadas. Como dice una lección al comienzo del Libro de Ejercicios: “Le he
dado a todo lo que veo todo el significado que tiene para mí” (L.2).
Al
elegir lo que queremos ver, el mundo se presenta ante nuestra vista. Si
elegimos el juicio, vemos un mundo condenado; si elegimos el perdón, vemos “un
mundo apacible y misericordioso” (1:5-6). Por eso el Curso pone toda su
atención en sanar la mente, y no en cambiar el mundo. Cambiar el mundo no es
necesario, cambiará con nuestros pensamientos. Como señala Ken Wapnick,
intentar arreglar el mundo es como intentar arreglar las cosas de una película
haciendo cosas a la pantalla. El único modo en que puedes cambiar la película
es cambiar lo que está en el proyector (o arreglar el proyector). La mente es
el proyector del mundo.
Cuando
aceptamos pensamientos de perdón en nuestra mente, el mundo se convierte en “un
dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada”
(1:6). Se convierte en un lugar en el que podemos “ayudar a nuestros hermanos a
seguir adelante con nosotros y a encontrar
el camino que conduce al Cielo y a Dios” (1:6). Esto es lo que hacemos en este
mundo cuando nuestras mentes han sanado: ayudar a otros a hacer lo mismo.
Lo que
queremos son las ideas de Dios reflejadas en el mundo, en lugar de nuestras
propias ideas. Nuestras ideas separadas de las de Dios “tan sólo dan
lugar a sueños” (2:1).
Hoy no quiero sueños, quiero
la realidad reflejada en mi mundo. Todo empieza con mi idea de lo que quiero.
Por lo tanto, Padre, pido ayuda para querer sólo la verdad, sólo paz, y sólo lo
que es amoroso. Quiero la unión, no la separación. Quiero la sanación, no el
conflicto. Quiero paz, no guerra. Ayúdame a reconocerlo cuando piense que
quiero algo distinto, o algo además de la verdad; ayúdame a reconocerlo y llevarlo
ante Tu luz para que sane y desaparezca.
El cielo siempre ha estado en nuestrass mentes. Es un regalo de Dios nuestro padre, búscalo dentro de ti, disfrútalo y compártelo con todos tus hermanos humanos.
ResponderEliminarBendiciones !
ResponderEliminarQué bello mensaje, Gracias .
ResponderEliminarPreciosa y esperada lección 🙏🏽✨🤗
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