LECCIÓN 315
Todos los regalos que mis hermanos hacen me pertenecen.
1. En cada momento de cada día se me conceden miles de tesoros. 2Soy bendecido durante todo el día con regalos cuyo valor excede con mucho el de cualquier cosa que yo pudiera concebir. 3Un hermano le sonríe a otro, y mi corazón se regocija. 4Alguien expresa su gratitud o su compasión, y mi mente recibe ese regalo y lo acepta como propio. 5Y todo el que encuentra el camino a Dios se convierte en mi salvador, me señala el camino y me asegura que lo que él ha aprendido sin duda me pertenece a mí también.
2. Gracias, Padre, por los muchos regalos que me llegan hoy y todos los días, procedentes de cada Hijo de Dios. 2Los regalos que mis hermanos me pueden hacer son ilimitados. 3Ahora les mostraré mi agradecimiento, de manera que mi gratitud hacia ellos pueda conducirme a mi Creador y a Su recuerdo.
"COMENTARIOS A LAS LECCIONES" de Robert Perry y Ally Watson
Comentario
Comentario
En la Lección 97 se nos dijo
que si practicamos con la idea de la lección (“Soy espíritu”) para así acercar
la realidad un poco más a nuestra mente, “el
Espíritu Santo se regocijará de tomar cinco minutos de cada hora de tu tiempo
para llevarlos alrededor de este mundo afligido donde el dolor y la congoja
parecen reinar” (L.97.5:1). Dice: “No
pasará por alto ni una sola mente receptiva que esté dispuesta a aceptar los
dones de curación que esos minutos brindan, y los concederá allí donde Él sabe
que han de ser bien recibidos” (L.97.5:2). Dice que “cada ofrenda que se le
haga se multiplicará miles de veces y decenas de miles más” (L.97.6:1). Pues
bien, 1.000 × 10.000 = 10.000.000 (10 millones). Así que Él multiplicará
nuestros regalos por lo menos diez millones de veces, pero dice “decenas de
miles”, en plural, así que eso significa hasta 90.000.000 (90 millones) de
veces. Quizá los números son sólo simbólicos, indicando “un número
extremadamente grande”, pero estoy seguro de que Jesús literalmente quiere
decir que, con nuestra elección, un número inimaginable de mentes se
beneficiarán. Cada mente abierta a recibir, recibirá nuestro regalo: millones
de mentes.
Ahora,
en esta lección, vemos el lado opuesto de la moneda. Pues todos aquellos que
tienen su mente abierta y, como nosotros, por un instante ofrecen el regalo de
su mente a Dios, nosotros recibimos sus regalos. Así pues, cada momento, miles
de hermanos encuentran el camino a Dios por un instante y dan un regalo, que yo
recibo porque todas las mentes están unidas, como nos dice el primer párrafo:
una sonrisa entre hermanos o una palabra de agradecimiento o de misericordia,
en cualquier parte del mundo, le ofrece un regalo a mi mente. Puedo recibirlo
de cualquiera que encuentra su camino a Dios.
Todas
las mentes están unidas. Cada momento, miles de regalos llegan a mi mente,
procedentes de otras mentes. Si mi mente está abierta, ¡puedo recibir cada uno
de ellos! En un grupo de estudio en el que estábamos tratando esta idea, un
alumno observó: “¡Eso suena a un trabajo a tiempo completo!” Por supuesto que
sí. Suena también como mi trabajo.
¿Te has
preguntado alguna vez de dónde vienen esos benditos pensamientos? ¿Te has
preguntado alguna vez por qué de repente, en medio de un día bastante
deprimente, algo viene a tu mente y alegra tu corazón? Generalmente pensamos,
si es que lo hacemos, que debe ser el Espíritu Santo. Pero podría igualmente
ser un hermano que ha encontrado su camino a Dios en ese momento y le ha
sonreído a alguien, y al hacerlo te ha enviado a ti el regalo. El Espíritu
Santo ha sido el cartero. Alguien a quien no conoces, al otro lado del mundo,
¡acaba de darte una bendición!
El
intercambio de regalos del universo dentro de la gran “Internet” universal está
ocurriendo todo el tiempo. Todo el mundo está conectado, sólo tienes que leer
tu correo.
Así
pues, elevemos nuestro corazón en agradecimiento a cada Hijo de Dios. Pasemos
esta mañana y esta noche un rato agradeciendo a nuestros hermanos, que son uno
con nosotros, por todos sus muchísimos regalos, la mayoría de los cuales no
hemos reconocido durante la mayor parte de nuestra vida.
A todos
los que leéis esto: “Gracias por recordar, hermano o hermana”. Gracias por
amar, en lugar de temer. Gracias por ser consciente, por estar vivo. Gracias
por sonreír, por extender alegría. Gracias por mostrar misericordia. Gracias
por perdonar. Gracias por uniros a otros. Que hoy mi meditación se centre en
todas las maneras en que estoy siendo bendecido constantemente por mis
hermanos, y en la realidad que obtengo de todos y cada uno de ellos.
Gracias, Padre, por los muchos regalos que me
llegan hoy y todos los días, procedentes de cada Hijo de Dios. (2:1)
Gracias muchas gracias. Excelente labor,
ResponderEliminarGracias muchas gracias. Excelente labor,
ResponderEliminarEl mundo te devuelve las gracias que tu compartes con tus hermanos, eso me da más fuerza para seguir Amando cada día más. Gracias Padre, gracias hermanos y gracias Espíritu Santo AMEN.
ResponderEliminarGracias siempre por tus comentarios! Me traen paz! Gracias por tu labor!
ResponderEliminarMaravillosa explicación ¡ Gracias gracias
ResponderEliminarTodo los regalos que me hacen mis Hermanos petenecen. Gracias Señor!! Gracia Mich por compartir conmigo tu experiencia. 🙌🙌🙌
ResponderEliminarGracias hermano. Dios contigo y con nosotros. Bendiciones 😘
ResponderEliminarGracias que maravilloso
ResponderEliminarINFINITAS BENDICIONES POR TU COMPARTIR
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarGracias x dar claridad !!
ResponderEliminarInfinitas Gracias a Todos mis Hermanos por sus bendiciones.
ResponderEliminarMiguel Camero