LECCIÓN 279
La libertad de la creación garantiza la mía.
1. Se me ha prometido el fin de los sueños porque el Amor de Dios no abandonó a Su Hijo. 2Únicamente en sueños parece él estar aprisionado, en espera de una libertad futura, si es que ésta ha de llegan 3Pero en realidad sus sueños ya se acabaron, y la verdad ocupa su lugar. 4Ahora él es libre. 5¿Por qué he de seguir esperando mi libertad encadenado, cuando ya he sido liberado de mis cadenas y Dios me ofrece la libertad ahora?
2. Hoy aceptaré Tus promesas y depositaré mi fe en ellas. 2Mi Padre ama a aquel a quien creó como Su Hijo. 3¿Me negarías, entonces, los regalos que me hiciste?
"COMENTARIOS A LAS LECCIONES" de Robert Perry y Ally Watson
Comentario
Comentario
Para
nosotros, el Curso a menudo expone un conjunto de lo que parece ser relaciones
bastante confusas entre ideas. Dice que la manera en que trato a mi hermano es
un reflejo de cómo me trato a mí mismo. Dice que la manera en que me trato a mí
mismo es un reflejo de cómo trato a Dios. Dice que la manera en que trato a mi
hermano es un reflejo de cómo trato a Dios. En las tres se puede sustituir la
frase “cómo trato” por “cómo veo”.
Este
conjunto de asociaciones nos parece confuso porque insistimos en pensar que
nuestro Ser, nuestro hermano y Dios son seres separados. No es sólo que la
manera en que me veo a mí mismo refleja
la manera en que veo a Dios, es la
manera en que veo a Dios porque yo soy parte de Dios, una extensión de Él, una
extensión de Su naturaleza. Dios es todo lo que existe. No hay nada más. Por lo
tanto:
Si acepto que estoy aprisionado dentro de un cuerpo, en un mundo en el
que todo lo que aparentemente vive parece morir, entonces mi Padre está
aprisionado al igual que yo. Y esto es lo que creo cuando afirmo que tengo que
obedecer las leyes que el mundo obedece, y que las flaquezas y los pecados que
percibo son reales e ineludibles. (1:1-2)
El
Curso dice a menudo que yo creo cosas que no pienso que creo. Dice que yo creo
que he crucificado al Hijo de Dios (T.13.II.5:1). Y aquí me dice que yo creo
que Dios es un prisionero.
Ciertamente
no voy por ahí diciendo que Dios es un prisionero. La idea de que Dios es un
prisionero me parece horrible, mi idea mental de Dios es que Él lo puede todo.
¿Cómo puedo creer algo sin darme cuenta de que lo creo? Realmente es muy fácil,
lo hago todo el tiempo. Incluso a veces me he descubierto haciéndolo.
Por
ejemplo, a veces me he dado cuenta de que cuando otra persona se acerca de una
manera muy abierta y amorosa, mi primera reacción no es de bienvenida sino de
sospecha. Pienso que detrás de la apariencia de amor probablemente hay otro
motivo oculto, algo contra lo que tengo que estar en guardia. Mi pensamiento
puede ser: “¿Qué quiere esta persona de mí?” O quizá sospecho que está
intentando manipularme de algún modo. Lo que ese tipo de respuesta indica es
que creo que el Amor Mismo es sospechoso. No confío en el Amor. No confío en mi
Amor, no confío en el Amor de otro y, por encima de todo, no confío en el Amor
de Dios.
Otro
modo en que veo esa sospecha del amor en mí mismo es cuando siento sentimientos
amorosos por otra persona, sospecho de
mis propios motivos, especialmente si la persona es una mujer atractiva. De
nuevo, ahí está la creencia oculta, una creencia que conscientemente no he
admitido, de que no se puede confiar en
el Amor.
Lo que
esta lección dice es que cuando yo acepto que yo soy un prisionero, estoy mostrando una creencia escondida de que
Dios es un prisionero también. Esto
es así porque los hechos de la realidad son que Dios y yo somos uno, parte del
Mismo Ser, o mejor dicho, yo soy parte de Su Ser. Puesto que la realidad es
Una, lo que creo acerca de cualquier parte lo creo acerca de la Totalidad, sea
consciente de ello o no.
Si de algún modo estoy aprisionado, ello significa que no conozco ni
a mi Padre ni a mi Ser. Y significa asimismo que no formo parte de la realidad
en absoluto. (1:3-4)
Podríamos
usar fácilmente estas frases para condenarnos a nosotros mismos y entrar en un
viaje de culpa. No hay ni uno solo de nosotros que no se sienta aprisionado de
algún modo. Todos nos sentimos
limitados por las leyes del mundo: leyes de la nutrición, de la economía, de la
salud, del matrimonio. Todos creemos
que moriremos. Todos creemos que algunas de nuestras debilidades son reales y
no pueden superarse, si no creyéramos esto, ¡ya las habríamos superado! Todos
creemos que estamos limitados por el tiempo y el espacio; por ejemplo, que si
un amigo se aleja miles de kilómetros, ya no podemos relacionarnos tan
estrechamente como lo hemos hecho antes. Así pues, ¿ya no formo parte de la
realidad? ¿Es mi situación desesperada?
No, no
es desesperada. Todo lo que necesitamos hacer es reconocer estas creencias en
nosotros y admitir que las tenemos.
Necesitamos ver que cada creencia en nuestras propias limitaciones es una
creencia de que Dios está limitado, cada creencia de que estoy aprisionado o
atrapado de algún modo es una creencia de que Dios está aprisionado y atrapado.
Fíjate en lo que estamos haciendo. Reconoce que lo estamos haciendo. Y dile a
Dios, por ejemplo: “Te estoy viendo como limitado y bloqueado, y Tú no estás
limitado ni bloqueado. Ayúdame a verlo”. Y eso es todo.
Padre, lo único que pido es la verdad. He tenido muchos pensamientos
descabellados acerca de mí mismo y de mi creación, y he introducido en mi mente
un sueño de miedo. Hoy no quiero soñar. Elijo el camino que conduce a Ti en
lugar de la locura y el miedo. Pues la verdad está a salvo, y sólo el amor es
seguro. (2:1-5)
Eso es
todo. Reconoce que has tenido “pensamientos alocados” (no “pensamientos
pecaminosos”), y pide la verdad. Eso es todo.
Es el mismo comentario de la lección anterior.
ResponderEliminarHola. SI, es el mismo comentario. Hoy haciendo la lección me he dado cuenta.Tambien queria comunicarlo. Saludos
EliminarHola es el mismo texto de ayer
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