LECCIÓN 266
Mi santo Ser mora en ti, Hijo de Dios.
1. Padre, mediste todos Tus Hijos para que fuesen mis salvadores y mis consejeros de visión; los heraldos de Tu santa Voz. 2En ellos Tú te ves reflejado y en ellos Cristo me contempla desde mi Ser. 3No permitas que Tu Hijo se olvide de Tu santo Nombre. 4No permitas que Tu Hijo se olvide de su santo Origen. 5No permitas que Tu Hijo se olvide de que su nombre es el Tuyo.
2. En este día entramos al paraíso, invocando el Nombre de Dios y el nuestro, reconociendo nuestro Ser en cada uno de nosotros y unidos en el santo Amor de Dios. 2¡Cuántos salvadores nos ha dado Dios! 3¿Cómo podríamos perdernos en nuestro trayecto hacia Él, cuando Él ha poblado el mundo con aquellos que señalan hacia Él, y nos ha dado la vista para poder contemplarlos?
"COMENTARIOS A LAS LECCIONES" de Robert Perry y Ally Watson
Comentario
Comentario
Estas palabras
no se las digo a Jesús o a Cristo como un ser abstracto. Estas palabras se las
digo a la persona que está sentada a mi lado, a mi jefe, a las personas de mi
familia, a cualquiera que esté en frente de mí o en mi mente. “Mi santo Ser mora en ti, Hijo de Dios”.
Si mi
mente está iluminada, todo el mundo es mi salvador. Todos señalan el camino a
Dios (2:2-3). Jesús aquí está diciendo: “¡Despierta! No puedes perderte. El
mundo está lleno de personas, y cada uno
te señala el camino a Dios. Cada uno refleja a Su Hijo. Tu Ser está en cada uno
de ellos. Únicamente abre los ojos y yo te daré la visión para que Le veas”.
La Voluntad de Dios es que tú encuentres la salvación. ¿Cómo,
entonces, no te iba a haber proporcionado los medios para encontrarla? Si Su
Voluntad es que te salves, tiene que haber dispuesto que alcanzar la salvación
fuese posible y fácil. Tienes hermanos por todas partes. No tienes que buscar
la salvación en parajes remotos. Cada minuto y cada segundo te brinda una
oportunidad más para salvarte. (T.9.VII.1:1-6)
Nada
muestra tan claramente lo deformada que está nuestra percepción como nuestra
reacción a esta lección. Quizá en este momento estás pensando: “¡Sí, seguro! ¡A
mí no me parecen salvadores y portadores de la Voz de Dios!”. Si somos
honestos, la mayoría de nosotros reconoceremos que percibimos a nuestros
hermanos como obstáculos y barreras en el camino a Dios, o como claros
enemigos. Entonces, pensemos en la posibilidad de que la razón por la que los
vemos así no tiene nada que ver con ellos o con la verdad. Pensemos que quizá
hemos puesto nuestros pecados sobre ellos, y los vemos devolviéndonos esa forma
de mirar (L.265.1:1). Empecemos a darnos cuenta de que nuestra forma de ver
todas las cosas está al revés, y necesita ser corregida.
Que hoy
abra los ojos. Que hoy me recuerde a mi mismo que cada persona con la que me
encuentro o en la que pienso “es mi salvador, mi consejero para la visión, y mi
portador de la Voz de Dios”. Que yo pida: “Dios, dame la visión para reconocer
a mi Ser en esta persona”. Que reconozca que si veo algo distinto a lo que Dios
dice que es su realidad, es mi propia enfermedad mental, mi propia manera
deformada de ver, y que le lleve esas percepciones al Espíritu Santo para que
Él las sane.
Gracias!!! Increíble explicación
ResponderEliminarGracias! !
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